Parece demasiado simple para llevarlo a cabo, pero la ciencia lo respalda. Con este simple paso, puedes aprender mucho sobre tu dieta y tal vez incluso perder algunos kilos en el proceso.
Para muchas personas, la idea de marcar con precisión sus calorías diarias, carbohidratos, proteínas y grasas puede ser tan abrumadora que quieren correr gritando a la pastelería más cercana y ahogar sus penas en dulces.
Aquí te dejamos esta idea: no cambies nada, pero haz un seguimiento de todo. Simplemente escribe lo que comes y bebes durante cada desayuno, comida, merienda y cena, todos los días. Usa una aplicación, lleva un cuaderno o una hoja de papel, envíate correos electrónicos después de comer algo, lo que sea que mejor te funcione. Solo hazlo.
Suena demasiado simple para tener un efecto significativo, ¡pero lo tiene! He aquí por qué deberías considerarlo:
1) La ciencia dice que funciona.
Un estudio completo publicado por la Iniciativa de Control de Peso del Kaiser Permanente Care Management Institute analizó el impacto que tenía un diario de alimentos en la pérdida de peso entre más de 1700 hombres y mujeres.[1] Los investigadores concluyeron que el mejor predictor de la pérdida de peso no era ningún elemento en particular en la dieta de nadie.
En cambio, el mejor predictor de pérdida de peso fue la frecuencia con la que las personas en el estudio actualizaron su diario de alimento. Aquellos que anotaron su comida diariamente perdieron el doble de peso que aquellos que no anotaron su comida en absoluto.
“Parece que el simple hecho de escribir lo que come anima a las personas a consumir menos calorías”, dijo el autor principal Jack Hollis, Ph.D. “Cuantos más registros de alimentos llevaban las personas, más peso perdían”.
2) Te ayuda a ser más consciente de las porciones que comes.
La diferencia entre una sola rebanada fina como una navaja de una crema de cacahuete y un par de rebanadas carnosas puede parecer insignificante cuando estás en la mesa. Si estás acostumbrado/a a comer una buena merienda, o porciones dobles de cualquier cosa, es posible que ni siquiera lo pienses.
Sin embargo, cuando realizas un seguimiento de tus alimentos, eres más consciente de cada porción de comida que ingieres. Incluso si no sabes cuántas calorías contiene la porción.
Con el tiempo, cuando escribas lo que comes, es probable que comiences a preguntarte antes de aplicar esa segunda rebanada: “¿Realmente quiero esto? ¿Lo necesito?”. Esa pausa momentánea puede ser todo lo que necesitas para mantenerte al día con tus metas nutricionales más importantes.
Escribir cada bocado que comes te obligará a reconocer todas esas porciones y sorbos adicionales que tomas casi inconscientemente a lo largo del día.
Si normalmente bebes un café azucarado por la mañana, o un refresco o dos durante el día, o tres copas de vino por la noche, o todo lo anterior, es posible que estés tan inmerso en tus patrones de comportamiento que ni seas consciente de ellos.
Bueno, todas estas cosas cuentan. Si te sientes inspirado/a, puedes dar ese paso adicional y calcular cuántas calorías contienen esos refrigerios. Pero no tienes que hacerlo. Simplemente rastrearlos puede ser suficiente.
3) Cómo escribir tu comida.
Para crear el diario de alimentos más preciso, anota las opciones de alimentos y el tamaño de las porciones de todo lo que comes. Hazlo por un día, o mejor aún, hazlo por un mes, incluso si no cambias nada de lo que comes. No olvides incluir las cosas que bebes.
Esto es lo que NO debes hacer: escribe con anticipación lo que planeas comer en cada comida. Sí, puede parecer más eficiente hacerlo de esta manera, pero probablemente no sea exacto, porque asumes que vas a comer exactamente lo que has escrito, y muchos de nosotros no lo hacemos.
Dale una oportunidad a esto antes de probar cualquier otra cosa. Es posible que te sorprendan de los resultados.
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