¿Qué son las enzimas digestivas y para qué sirven?
Son proteínas que ayudan a descomponer los alimentos (proteínas, grasas, carbohidratos y fibras) en moléculas más pequeñas para facilitar su absorción. Pueden apoyar en casos de digestiones pesadas, gases o hinchazón ocasional.

¿Cuándo se toman: antes, durante o después de las comidas?
Lo más habitual es tomarlas justo antes o con la primera mordida de la comida principal, para que actúen mientras el alimento llega al estómago e intestino.

¿Puedo tomarlas a diario o solo cuando me siento pesado?
Depende del uso. Algunas personas las usan a diario con comidas copiosas; otras, solo “a demanda” cuando prevén una comida más difícil de digerir (grasa, lácteos, etc.). Ajusta según tolerancia y etiqueta del producto.

¿Funcionan desde el primer día?
Mucha gente nota alivio de gases o pesadez en los primeros usos. En otros casos, la mejora es más progresiva a lo largo de los días.

¿Producen aumento o pérdida de peso?
No están diseñadas para cambiar el peso corporal. Su finalidad es ayudar a descomponer los alimentos; no tienen un efecto directo en ganar o perder peso.

¿Se pueden combinar con probióticos o prebióticos?
Sí, suelen ser compatibles. Las enzimas actúan sobre los alimentos; los probióticos actúan sobre la microbiota. Muchas fórmulas comerciales incluso combinan enzimas y probióticos.

Tengo intolerancia a la lactosa, ¿me sirven?
Si el producto incluye lactasa, puede ayudar a digerir la lactosa. Si no contiene lactasa, considera un producto específico para lácteos o una cápsula de lactasa aparte.

¿Y si me cuesta digerir las grasas?
Busca fórmulas con lipasa; algunas incluyen sales biliares u “ox bile”. Si no quieres bilis de origen animal, revisa la etiqueta para optar por una alternativa vegetal.

¿Hay efectos secundarios?
Son poco frecuentes. Algunas personas reportan malestar leve o heces más blandas al inicio. Si notas molestias persistentes, reduce dosis o suspende y consulta a un profesional.

¿Huelen fuerte o “raro”?
Algunas fórmulas pueden tener olor intenso por sus ingredientes (por ejemplo, bilis bovina o enzimas proteolíticas). No suele indicar que estén en mal estado si están dentro de fecha y bien conservadas.

¿Son aptas para celíacos o dietas especiales?
Muchas marcas son sin gluten, sin lácteos o vegan; otras incluyen derivados animales (p. ej., pancreatina o bilis). Revisa siempre el etiquetado de alérgenos y el origen de las enzimas.

¿Puedo tomarlas si uso antiácidos o inhibidores de la bomba de protones (IBP)?
Pueden seguir funcionando, pero la acidez gástrica influye en la actividad de algunas enzimas. Si usas IBP a largo plazo, conviene comentarlo con un profesional para ajustar horario y dosis.

¿Quiénes deberían consultar antes de usarlas?
Personas con pancreatitis, úlceras, trastornos de coagulación, en embarazo/lactancia, o quienes toman anticoagulantes (p. ej., si la fórmula incluye bromelina o papaína) deberían consultar previamente.

¿Cómo elijo una buena fórmula?
Prioriza: 

1) mezcla de amplio espectro (proteasas, amilasas, lipasas y, si te interesa, lactasa/celulasas), 

2) unidades de actividad (p. ej., HUT, FIP, DU) mejor que miligramos, 

3) sello de calidad o test de terceros, y 

4) que se ajuste a tu dieta y a tus “comidas problema”.