Guía para combinar antioxidantes y entrenamiento

Todos hemos oído hablar de los antioxidantes y de sus efectos anti-edad. Y aunque esta acción sobre la longevidad no está demostrada, nos pueden llegar a aportar otros beneficios. Aun así, hay que saber combinar bien los antioxidantes y el entrenamiento para obtener unos buenos resultados.

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¿Qué son los antioxidantes?

Los antioxidantes son moléculas que se encargan de neutralizar diferentes especies reactivas que causan la oxidación, como los temidos radicales libres. 

Un radical libre es un átomo con un electrón despareado. Esto le obliga a enlazarse con otros átomos para buscar una estabilidad, provocando así daños en proteínas y lípidos. Los antioxidantes son los encargados de aportar un electrón a esos radicales libres sin llegar a perder su estabilidad.

¿Cómo consumirlos?

La vitamina E, el té verde, la vitamina C o la N-Acetilcisteína (NAC) son sustancias antioxidantes que deberíamos incluir en nuestra dieta, ya bien comiendo fruta y verdura para proveernos de todos sus antioxidantes, o mediante suplementación si sabemos que no llegamos a los mínimos establecidos.

Tampoco hay que sobrecargar nuestro cuerpo con antioxidantes ya que podrían interferir con adaptaciones celulares indispensables para nuestra salud. Aun así, los antioxidantes encapsulados nos beneficiarán en situaciones concretas de estrés oxidativo elevado, como vivir en una ciudad con mucha contaminación, el tabaco etc.

Radicales libres y entrenamiento

Hacer un entrenamiento demasiado intenso o excedernos de nuestros límites aumenta la presencia de radicales libres en nuestro organismo, atacando directamente al ADN celular y haciendo que las células envejezcan prematuramente. Por lo que tener un buen consumo de antioxidantes a través de la alimentación o suplementación  nos ayudará a evitar la acción de los radicales libres en nuestro cuerpo.

Aun así, es muy importante sincronizar de forma correcta la ingesta de antioxidantes con el entrenamiento muscular.

Antioxidantes y entrenamiento: ¿antes o después?

A pesar de que el ejercicio aumente el estrés oxidativo, este mejora la sensibilidad a la insulina. Por lo que la formación controlada de especies reactivas de oxígeno nos ayudará  a mejorar la respuesta autoinmune de nuestro cuerpo.

El problema reside en que los antioxidantes inhiben ese proceso y la inflamación muscular que se produce tras el entrenamiento. Ese daño muscular es necesario para generar adaptaciones positivas al entrenamiento e ir mejorando poco a poco.

Entonces, si vas a consumir antioxidantes encapsulados, lo mejor será separar su ingesta de las horas de entrenamiento, permitiéndole al cuerpo realizar todas sus funciones correctamente sin interferir en ellas.

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